“¿Cuál es el propósito, venerable señor, cuál es el provecho de la virtud?”
“La liberación del remordimiento, Ānanda.”

Active Dharma es una práctica espiritual budista para practicantes laicos que utiliza el caos de la vida diaria como vehículo de purificación.

El objetivo de los practicantes de Active Dharma es: Alcanzar la nobleza a través de la práctica heroica del Buddhadharma.

Su práctica requiere una despiadada honestidad sobre la condición propia (la cual opera las 24 horas del día, los 7 días de la semana) y una traición constante de los impulsos egoístas.

Si bien la mayoría de las tradiciones budistas tienen como meta lograr la libertad del sufrimiento y alcanzar la Budeidad, a nosotros nos interesa cultivar su requisito previo: la acción correcta.

Sin ella, acercarse al Dharma podría ser infructuoso o incluso desagradable.

Por otra parte, si bien hay un momento y lugar para la práctica espiritual pasiva, Active Dharma, como su nombre lo indica, favorece la práctica activa.

Nuestro método se basa en el cultivo de discernimiento (paññā) y la virtud (sīla), incluso antes de embarcarnos en la meditación (samādhi).

A diferencia de otras tradiciones que se centran en beneficiar a los demás, los practicantes de Active Dharma se centran en sí mismos ante todo. Hacemos esto para prevenir el surgimiento de la compasión idiota y, por otra parte, establecer las bases de una genuina conducta desinteresada y heroica, basada en la realización de que el Yo es imposible de establecer (anatta).

Desde nuestro punto de vista, solo entonces uno está realmente listo para beneficiar a otros.

Nuestro camino

El Buda enseñó muchas rutas hacia la liberación, y nosotros seguimos el camino establecido en el Cetanākaraṇīyasutta:

  1. Virtud
  2. Liberación del remordimiento
  3. Contento
  4. Dicha
  5. Calma
  6. Bienestar
  7. Absorción
  8. Conocer las cosas tal y como son
  9. Desencanto
  10. Desapego
  11. Libertad
 

Active Dharma se rige estrictamente por el principio de condicionalidad (idappaccayata), que establece: si esto surge, aquello surge. Si esto cesa, aquello cesa.

La condicionalidad significa que si surge la virtud, surge la liberación del remordimiento. Si surge la liberación del remordimiento, surge la alegría. Si surge la alegría, surge el éxtasis… Si surge el desapego, surge la libertad.

Siguiendo el mismo principio, si no surge la virtud, tampoco surge la liberación del remordimiento, lo que resulta en la ausencia de la libertad.

A través de esta comprensión, evitamos saltarnos los pasos necesarios para un desarrollo espiritual genuino.

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