La comunidad espiritual importa

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El budista se refugia en el Buda, en el Dharma (la enseñanza) y en la Sangha (la comunidad de seguidores del Buda).

¿De qué se refugia?

De sus hábitos nocivos.

El Buda es como el doctor y su enseñanza la medicina.

Para sanar, acudimos a él, seguimos sus indicaciones y tomamos la medicina de la práctica del Dharma.

¿Y la sangha?

Al principio me preguntaba por qué uno busca refugio en la sangha, si sus seguidores son seres humanos como yo, con virtudes y defectos. 

“Los seres humanos no han domado su mente”, pensaba. Tener fe en un maestro iluminado y en su enseñanza sagrada me hacía todo el sentido. ¿Pero por qué habría de buscar refugio en los que todavía no eran 100% libres como el Buda?

Hay varias razones.

En realidad la sangha es la noble sangha.

El término aryasangha se refiere a la noble comunidad de seguidores del Buda. Incluir el adjetivo arya en la ecuación cambia todo. Significa que estos seguidores ya no son seres humanos ordinarios.

Estas personas ya verificaron en carne propia la verdad de las enseñanzas del Buda. Específicamente, verificaron con su percepción directa, que su identidad es un suceso impermanente y que NO surge de forma independiente. Es decir, verificaron que son seres interdependientes y esto tiene un efecto en su cognición.

Cuando te das cuenta de que la “solidez”, “definición” y “permanencia” de la identidad individual no es posible, dejas ir esa tendencia de establecer tus perspectivas egocéntricas.

En ese momento inicia la purificación de la mente y del cuerpo, inicia la “erosión” de los hábitos nocivos. Inicia el sendero en donde disminuyen las cualidades nocivas y florecen las cualidades saludables y sagradas.

Una mente que pierde el interés por establecer perspectivas egoícas, es una mente más saludable que una que todavía establece perspectivas egoícas.

Por eso son aryas o nobles. Porque ya comenzó su purificación y ya no hay retroceso.

Ante este suceso, hace todo el sentido buscar refugio en los miembros de la noble comunidad de seguidores del Buda. Son ellos los que nos ayudan a verificar la verdad del Dharma. 

El refugio en la comunidad es una protección contra el egocentrismo

La percepción del “otro”, sea un iluminado o no, sea un “arya” o no, es una percepción que impide el aislamiento, la desconexión o la fragmentación.

Al buscar refugio en una comunidad, lo que hacemos es buscar refugio en la percepción del “otro” y de esta forma mantener a raya nuestro ego. Estar aislados o solos, nos permite ser nocivos. Cuando no hay nadie, podemos portarnos mal. Nadie nos va a responsabilizar por nuestros actos. 

Pero si somos parte de una comunidad, la cosa cambia. Estamos contenidos. Alguien más puede señalar moralmente nuestros actos y sus consecuencias. Por eso, ser parte de una comunidad es un excelente método para frenar nuestros impulsos por ser nocivos.

Ya sea que tendamos a la depresión, a enfurecer, a sucumbir al placer o a mentir, una comunidad nos dificultará nuestros actos nocivos.

Pero no todas las comunidades son iguales.

Cuando no hay una aryasangha, es mejor una comunidad saludable que una enferma

Tal vez una aryasangha no se encuentre a la vuelta de la esquina. Pero cuando no contamos con una comunidad extraordinaria como la aryasangha, nuestra mejor opción es cualquier comunidad saludable, espiritualmente hablando. 

Incluso, unirse a un equipo deportivo o a una clase de danza, es mil veces mejor que formar parte de un grupo delictivo o que claramente se hace daño mediante actividades peligrosas.

Es mejor llevarse con personas que nos ayuden a mejorar nuestra condición, que seguir cultivando “amistades” que solo nos lastiman o devalúan. Es mejor formar parte de una comunidad budista con intenciones saludables, que formar parte de una comunidad budista con serios problemas de materialismo espiritual.

No por el hecho de que una comunidad sea budista, signfica que sea la mejor comunidad. Hay que evaluar al grupo tal como evaluaríamos al maestro y su enseñanza. ¿Realizan actividades que generen mérito? ¿Hay práctica frecuente? Sus miembros, ¿son personas comprometidas con mejorar su condición y la de la sangha? ¿La comunidad sigue las enseñanzas auténticas del Buda? ¿Cultivan la perspectiva correcta? ¿Hay incidentes cuestionables, abusos o comportamientos no apropiados en la sangha?

El refugio que protege de hábitos nocivos, solo estará presente en las comunidades que cultiven en verdad una salud espiritual sólida y genuina.

En Active Dharma Practice, uno de nuestros objetivos principales es volvernos una aryasangha para el beneficio de todos los seres.

¿Te gustaría formar parte de esta misión?

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